La lectura, una forma de mantener la esperanza, dice Alma Guillermoprieto

Estamos viviendo un fenómeno en América Latina y el mundo que es el de la rabia, agrega. “Sólo me dedicó a reportear…, y algunas veces he tenido miedo”

“La lectura es un espacio de silencio en el que puedes entender lentamente. (Además) La lectura es una forma de mantener la esperanza”, dijo Alma Guillermoprieto, ganadora del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018, durante el conversatorio que dio en la UNAM.

Durante el evento, que se llevó a cabo ayer en la Sala Carlos Chávez, del Centro Cultural Universitario, Alma Guillermoprieto (1949) hizo un recorrido de su trayectoria a través de su trabajo periodístico, como bailarina y escritora.

En el conversatorio, la autora de El año en que no fuimos felicesAl pie de un volcán te escriboLos Placeres y los días, por mencionar algunos, estuvo acompañada por Rosa Beltrán, titular de la Dirección de Literatura de la UNAM, quien la presentó como una periodista que “si no fuera por sus crónicas, el mundo anglosajón no habría sabido cómo son los países que nos constituyen como continente, pero nosotros no habríamos sabido tampoco cómo hemos evolucionado, en qué aspectos seguimos siendo los mismos”.

Alma Guillermoprieto comenzó su carrera periodística cuando fungió como corresponsal en Nicaragua para el diario británico The Guardian, en El Salvador para el The Washington Post, y más tarde en Newsweek y The New Yorker, publicaciones en donde ha dado a conocer a Latinoamérica, a través de sucesos desoladores, ambientes de pobreza, “pero también el aspecto de la esperanza que parece no morir nunca y el humor”, dijo Rosa Beltrán.

“Los accidentes han gobernado mi vida. Mi primera crónica fue salir y hacer lo que hacemos, salir a escuchar, oler, ver, tocar, cansarnos y escribir todo eso, para que los lectores puedan, a través de ti, oler, sentir y escuchar lo mismo que viste” dice la Premio Princesa de Asturias.

Guillermoprieto recordó algunas de sus estancias como periodista en Brasil, Nicaragua, Perú y El Salvador, en donde elaboró ensayos, reportajes o crónicas, siempre con la idea de que “cada reportaje es una manera de conocer al mundo”, además de reforzar la idea de la relación de los gobiernos y la televisión, a través de sucesos como el surgimiento y detención posterior de Abimael Guzmán, líder la secta peruana Sendero Luminoso.

Con respecto a las sectas, Alma Guillermoprieto recordó su estancia en Brasil, mismas que se han incrementado en cantidad, pero en dicho país, también vio la importancia de una telenovela, todo a partir de un género periodístico en particular: La crónica.

“La importancia de la crónica es que te da la necesidad de que vayas digiriendo la información, pensando, criticando, opinando, cosa que la imagen transmitida no necesariamente o muy pocos veces te da. Lo que percibes con el ojo es con lo que te quedas, ése es uno de los grandes peligros de la cultura televisiva de toda América Latina”.

Entre los sucesos que ha reportado la periodista, se encuentran el del brasileño Fernando Collor de Mello, primer mandatario latinoamericano destituido por corrupción en diciembre de 1992, por lo que recomendó:

“Uno siempre tiene que estar atento a cuál es el fragmento de mundo, no cuál es la nota, sino cuál es el fragmento de universo que me toca ver, si vas buscando la nota ya estás perdido”.

Antes de consagrarse como periodista, Alma Guillermoprieto estudió danza, disciplina en la que pudo constatar que era un mundo que por un lado “estaba bajo ataque, los bailarines hombres bajo ataque constante por su sexualidad, estaba aún fresca la época de los campos de concentración de los homosexuales, el arte siempre como una actividad siempre bajo sospecha, eso fue tremendo, pero al mismo tiempo una experiencia de colectividad, solidaridad, euforia”.

Luego de haber vivido diferentes momentos en diferentes países, la escritora indicó que actualmente “estamos viviendo un fenómeno en América Latina y el mundo que es el de la rabia, este momento del capitalismo me parece particularmente difícil, la rabia que provoca el consumismo es que nunca tienes suficiente y si eres pobre y marginado, nunca tienes nada. Esa rabia, Trump –por ejemplo– la ha canalizado de una manera extraordinaria. Políticos hoy día que encarnan la rabia, son los que tendrán éxito”.

Alma Guillermoprieto dejó en claro que sólo se dedica a reportear, característica que su trayectoria lo demuestra con textos que han sido principalmente en periódicos internacionales de habla inglesa, aunque eso es algo que lamenta, pues su humor no ha podido ser traducido del todo:

“Soy una escritora maliciosa, irónica, compinche de los lectores, burlona, pero chistosa, algo que no se refleja en las traducciones, lamentablemente, no por falta de empeño de los traductores, sino porque es difícil transitar de la ironía y el humor al chiste”.

Guillermoprieto se confesó como una reportera que hace su trabajo sola, para no “refugiarse con personas que vienen del mundo, para sentirme obligada a no tener refugio”, además de haber sentido miedo y ser víctima de discriminación:

“Sí he tenido miedo, pero pesa más la curiosidad. Me pasé años diciendo que no había sufrido discriminación pero no es cierto, por ser mujer rarísima vez tengo la posibilidad de entrevistar a un ministro, sobre todo en México, nunca me ha dado entrevistas un secretario de Estado y me he cansado de pedir, hasta que me cansé y ya no pido”, concluyó.

 Fuente: La Crónica

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