Agentes capitalinos seguían la pista a los delincuentes desde hacía semanas; tenían orden de juez para monitorear sus celulares.
La voz que escuchaban los agentes era clara. Aquel hombre al que monitoreaban, daba vía telefónica las indicaciones a sus cómplices para no fallar en el plan de secuestro y seguir a su víctima: “Ya está saliendo… ya salió señores, ya salió… Toyota ya salió… cuervo ya salió… vete atrás de él hija…”, dijo el sujeto.
En un instante, ese plan del rapto se ejecutó. Una vez más los agentes oyeron todo: “Ábrele hijo de tu pu… madre… ábrele pásalo para atrás… pásate para atrás hijo de tu pu… madreeee… Dame la pistola, dame la pistola… no hagas una mama…, nada más queremos tu carro… queremos tu carro…”, escucharon.
Los agentes de la Procuraduría capitalina tenían la orden de un juez para intervenir los teléfonos de un grupo de secuestradores a los que seguían tiempo atrás. Y gracias a ello pudieron escuchar en vivo ese plagio.
Aunque en un principio no sabían dónde se había cometido el secuestro, ese monitoreo les permitió a la Fuerza Antisecuestro ubicar los autos que participaron y la ruta que siguieron hasta la casa de seguridad.
El líder de la banda daba las indicaciones. Apenas vio salir a su víctima de casa, les dijo: “Ya está saliendo… ya salió señores, ya salió”.
Mientras avanzaba les dio más órdenes: “Después de él ya no voy a dejar pasar a nadie señores eh, espérense todavía no entra nadie… va por la alta… va un camión y luego va una golf”, se oye.
Cuando los agentes escucharon el plagio, se dedicaron a rastrear dónde se hizo la llamada y revisar los videos de la zona.
El fiscal antisecuestro, Guillermo Terán, recuerda que “se estaba llevando a cabo el plagio de esta persona, nosotros estábamos escuchando todos los partícipes”.
Tras revisar los videos de las cámaras de la ciudad hallaron las imágenes en las que se ve el paso de los autos involucrados y descubrieron que se encaminaron hacia el oriente de la capital.
En estas grabaciones se aprecia que la banda utiliza vehículos para encapsular el auto de la víctima y en un momento cerrarle el paso para secuestrarlo.
Luego de una semana de investigación, los agentes dieron con la casa de seguridad. Junto con miembros del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI) entraron al lugar. Ahí hallaron a los plagiarios y amarrado y con los ojos vendados, a la víctima que fue rescatada.
Fuente: La Razón/Carlos Jiménez