¿Se contradicen Movistar y AT&T en México?

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Telefónica Movistar y AT&T apuestan a la inversión propia en sus países de origen para generar redes poderosas que sirvan al usuario. Pero en México piden que se obligue a su principal competidor, América Móvil, a compartir sus redes o a limitarlo en la compra de espectro, esto, como una medida con la que se pueda equilibrar el mercado móvil mexicano.

Telefónica Movistar y American Telephone & Telegraph (AT&T) son dos operadoras de telecomunicación que apuestan continuamente a la inversión en infraestructura y adquisición de espectro. Pero en el caso de sus operaciones en México también saludan y piden a la autoridad que mantenga las regulaciones especiales que pesan sobre el actor con mayor mercado. Entre esas solicitudes están las de usar la red de América Móvil (AMX) a precios competitivos y no discriminatorios, pero que el preponderante califica como “subsidio” a la competencia.

Movistar ha sido por años insistente en que se abra la red de América Móvil a la competidores y recientemente, AT&T se sumó a esta postura. El preponderante en telecomunicaciones ha respondido que permitir esta posibilidad se traduce en que la competencia invierte poco en infraestructura; en impactos a sus inversiones propias y que a la larga, ha dicho AMX, se afecta también la calidad y el despliegue de redes que prestan el servicio al consumidor.

América Móvil, para el caso de su filial Telmex, ha informado que su red de fibra óptica, por ejemplo, es resultado de inversiones propias y luego de que la telefónica fue privatizada en 1990, por lo que no es un “legacy” y por lo que no debiera obligársele a compartirla a terceros. Por lo que el regulador mexicano, el IFT, debiera modificar las políticas que permiten a sus competidores acceder a esta y otras redes de infraestructura.

Hace unos días, las autoridades españolas establecieron que Telefónica debe compartir su infraestructura de fibra óptica en toda España, donde tiene su matriz, salvo en 34 plazas y que suponen ejemplos donde todos los jugadores cuentan con una participación de mercado parecida y también con un despliegue similar de red de fibra óptica.

Telefónica respondió en que esta acción de la Comisión española Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que todavía debe lograr el visto bueno de la Comisión Europea, afecta a las inversiones y puede beneficiar a sus competidores como Vodafone, Yoigo y Orange. Telefónica perfiló posibles frenos a sus inversiones si debe compartir infraestructura a sus competidores. Argumentó también que su red de fibra óptica es resultado de inversión propia y no un legacy.

En España, Telefónica y su marca insignia, Movistar, enfrentan desacuerdos con sus competidores por la compartición de infraestructura. Telefónica es el jugador con mayor participación en casi todos los sectores del mercado móvil español.

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Aparte, AT&T rechazó que América Móvil esté subsidiando a sus competidores al permitirles cursar su información por sus redes. El argumento de AT&T deriva de que AMX tiene una participación del mercado cercana al 70%, pero AMX se defiende con que AT&T apuesta a la inversión propia en redes en Estados Unidos y otros países de América Latina y en México quiera “colgarse” de la red del preponderante. AT&T además ha dejado entrever que el regulador debiera limitar a Telcel en la adquisición de espectro para servicios 4G, postura que Movistar acompañó abiertamente en las pasadas consultas públicas de la licitación de espectro en AWS.

Las posturas de Movistar y de AT&T en México parecieran una incongruencia a los ojos de los usuarios, pero también significa que todos los mercados tienen realidades distintas y en cada uno de ellos las empresas de telecomunicación van a operar conforme más les convenga, comentaron expertos.

“La postura de AT&T no es contradictoria, ya que en México es un operador con una participación de mercado significativamente menor a la de Telcel en México, y lo que está pidiendo es que le sigan aplicando a este último regulación asimétrica, en este caso limitando su participación en las subastas, para seguir emparejando el terreno de juego. En Estados Unidos el tamaño de los operadores es más equilibrado que en México”, dijo Abel Hibert, economista del ITAM y también ex comisionado de la Cofetel.

Pero también cierto es que AT&T puede caer en una contradicción al pedir que se limite a Telcel en la compra de espectro, cuando la concentración de Nextel-Iusacell-Unefon bajo un mismo dueño dieron como resultado al mayor tenedor de señales radioeléctricas en el país, comentó Sandra Rodríguez, de la consejería Jurídica en Telecomunicaciones (Jentel).

“AT&T y Telefónica se encuentran en una contradicción al solicitar se limite la adjudicación de espectro a Telcel. Por su parte, AT&T, tras la compra de Iusacell y Nextel, se ha posicionado como uno de los operadores con mayor tenencia de espectro en el país. Los operadores que intervienen en este mercado son multinacionales con una importante presencia en los territorios en los que se localizan y en su momento han implementado acciones proteccionistas de sus inversiones”, dijo la experta.

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Pero queda en cada operador cómo desenvolverse en los mercados donde opera, sacando mejor provecho de las regulaciones y también toca a cada regulador cómo instar a las empresas a invertir en el despliegue de redes, añadieron los expertos.

«Naturalmente, las empresas adoptan sus estrategias comerciales de acuerdo al mercado en el cual compiten. En los mercados en los cuales las empresas son incumbentes, resulta lógico que se manifiesten en contra de la asimetría regulatoria, pero en mercados en los cuales son entrantes, naturalmente la soportan. Es difícil esperar que las empresas de telecomunicaciones sean congruentes en sus estrategias regulatorias y comerciales a través de mercados con distintos grados de competencia y evolución regulatoria», explicó Víctor Pavón Villamayor, presidente de Oxford Competition Economics.

Todos los mercados tienen diferentes realidades para que las empresas operen como mejor les convenga, pero la realidad es que México necesita de inversiones y despliegue de redes y de estrategias efectivas para generar competencia y calidad de servicios al usuario, dijo Sandra Rodríguez, de Jentel.

“Los operadores deberían sumarse al esfuerzo inversor y constituir un mercado en el que todos los operadores gocen de la igualdad de oportunidades para extender la infraestructura en el territorio nacional. México enfrenta hoy el gran desafío de la competencia en servicios de telecomunicaciones a nivel de los grandes mercados internacionales”.

El Economista/Nicolás Lucas

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