El cineasta malayo James Wan apareció en el 2004 con su filme Saw (el primero de la saga), que se convirtió en un fenómeno del cine de terror a nivel mundial gracias a su estilo que mezclaba el sadismo con una creatividad argumental efectiva en la pantalla. Desde entonces el realizador se convirtió en un especialista al momento de generar pánico en el espectador, sobre todo con el manejo de la tensión con cambios bruscos de sonido en medio del silencio, hizo de la incertidumbre una manera efectiva de jugar con la mente. Seguir leyendo «Anabelle 2: La creación, otra vez con los mismos terrores»