Científicos de la UNAM elaboraron una actualización del documento, que busca disminuir los riesgos en la población. Establece datos sobre dispersión de ceniza, lahares y proyectiles balísticos
Hace algunos años, el entonces candidato a la presidencia municipal de Santiago Xalitzintla, Puebla, dio varias promesas a los pobladores; ganó y cumplió una de ellas: la construcción de un deportivo en terrenos despoblados. Tiempo después el “deportivo” —un par de porterías de futbol sin red— fue sepultado por un flujo de lodo que se moviliza desde las laderas de los volcanes, llamado lahar. Fotografías satelitales muestran que esos lodos pueden descender incluso hasta las puertas de la presidencia municipal.
Santiago Xalitzintla es uno de los muchos municipios que se encuentran dentro del radio de 25 kilómetros aledaños al volcán Popocatépetl que resultan mayormente afectados por su actividad, lo cual no se reduce a explosiones de gran magnitud, sino también a la generación de lahares, dispersión de ceniza y eyección de proyectiles balísticos.
De acuerdo con Luis Felipe Puente Espinosa, coordinador de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, dentro de esos 25 kilómetros habitan 360 mil 161 personas; 35 mil de éstas son adultos de la tercera edad y todos habitan 105 mil 305 viviendas, con una infraestructura pública de 131 centros de salud, 850 escuelas, 92 mercados, 61 hoteles, 57 bancos y 25 gasolineras. Ese censo deberá contemplar un 1 centro deportivo en su numeralia.
Y es que los gobiernos locales requieren de información científica para conocer dónde se puede aprobar éste y todo tipo de construcción, así como aquella que permita tomar medidas preventivas ante una erupción volcánica de menor, intermedia o mayor magnitud. Es por ello que investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM llevaron a cabo una actualización del mapa de peligros del Popocatépetl, el cual se buscará hacer del conocimiento de autoridades y de la población en riesgo, tarea que llevará a cabo Protección Civil, dijo ayer su coordinador durante la presentación del documento en dicho instituto.
De acuerdo con el grupo de trabajo, en la zona aledaña y conurbada al volcán, pero fuera de esos 25 kilómetros, hay un crecimiento demográfico de seis mil por ciento. “Una aplicación de estos mapas es en la planeación, si sabemos dónde ocurren los fenómenos y su probabilidad, podemos establecer medidas en aquellos lugares que no deben ocuparse o, de no ser así, qué tipo de construcciones deben ser”, señaló Hugo Delgado Granados, del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica y actual director de éste.
Refirió además que en este tipo de estudios se debe hacer un traje a la medida en cada volcán, el cual en este caso tardó tres años en completarse. “Éste no es un mapa para científicos, sino para no especialistas para que así lo usen autoridades y población”.
FUTURAS EXPLOSIONES. Si bien los especialistas desestiman que ocurra una erupción volcánica de gran magnitud en los próximos años, se necesita tener cuidado con las de magnitudes intermedias y menores. “Muchas veces no tomamos en cuenta temas como el de la ceniza volcánica, no obstante, por ser partículas muy finas tienen un impacto importante en nuestra salud”, señaló por su parte Ana Lilian Martín del Pozo, especialista del instituto y coautora del mapa.
“¿Cuándo habrá una erupción más grande? Depende de si sigue creciendo la actividad”. La experta añadió que después de la actividad del volcán en 2001, considerada de magnitud intermedia, los científicos pensaron que ésta decrecería, pero no fue así. “Creemos que hubo otra fuente de alimentación del volcán, por lo que se mantuvo alta, aunque no en el mismo nivel”.
Al igual que con otros fenómenos naturales, refirieron los expertos, la actividad volcánica del Popocatépetl y de otros volcanes activos es impredecible, por lo que la prevención es la herramienta más efectiva para evitar desastres.
Fuente: La Crónica