El Protocolo, diseñado por la Conabio, da instrucciones para extracción de huevos de la especie, su incubación, eclosión y desarrollo en cautiverio, explica el biólogo Hesiquio Benítez Díaz
El primer plan integral para crianza y aprovechamiento controlado de cocodrilos es mexicano. Durante el Congreso Mundial de Manejo de Cocodrilos, que se realiza en Santa Fe, Argentina, el biólogo mexicano Hesiquio Benítez, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), presentó el protocolo elaborado en México, que es pionero a nivel mundial porque no sólo evita la explotación sin control de cocodrilos sino que es capaz de rastrear las pieles hasta que el producto es vendido.
El documento fue presentado por el biólogo Hesiquio Benítez Díaz, director general de Cooperación Internacional e Implementación de la Conabio y Vicepresidente Regional del capítulo México ante el Grupo de Especialistas en Cocodrilos (CSG, por sus siglas en inglés). Esto ocurrió en el marco de la 25 Reunión Mundial del CSG de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) realizada en Argentina del 7 al 10 de mayo de 2018 bajo el lema: Treinta años después… un problema se convierte en un medio de subsistencia.
El Protocolo proporciona orientaciones precisas para la extracción de huevos de la especie cocodriliana en el medio silvestre, así como para su incubación, eclosión y desarrollo en cautiverio, maximizando su tasa de supervivencia.
El contenido del Protocolo propone un esquema en el que la extracción es realizada por comunidades locales en áreas registradas como Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs), con un plan de manejo autorizado por la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y en cumplimiento tanto de la legislación nacional como de las disposiciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Posteriormente, las crías se venden a criaderos o granjas (UMAs intensivas) para su crecimiento y obtención de pieles con calidad de exportación, bajo un esquema de reparto justo de beneficios entre los distintos actores de la cadena productiva.
En el año 2016 fue puesto en marcha, en el sureste de México, el primer programa piloto que certifica paso a paso la transformación y venta de piel de cocodrilo de pantano mexicano (Crocodylus moreleti. El proyecto se apoya en información de la Conabio que mostró que desde el año 2000 y se han recuperado las poblaciones de esta especie y es posible su aprovechamiento sustentable.
Con el apoyo de la plataforma tecnológica RESP (Responsible Ecosystems Sourcing Platform), de Suiza, se consigue la capacidad de trazar el origen de la piel y así los compradores internacionales de pieles contarán con la seguridad de que no fueron obtenidas mediante caza furtiva. Cada año se comercializan en el mundo 1.5 millones de pieles de cocodrilo. México sólo exporta mil 500 pieles anuales.
En lugar de promover la cacería del cocodrilo de pantano, el proyecto promueve la extracción de una cantidad determinada de huevos del medio silvestre para llevarlos a incubadoras, pasando así de 90% de mortandad natural en los huevos de cocodrilo de pantano, hasta 95% de supervivencia.
La piel de cocodrilo de pantano puede convertirse en una alternativa de ingreso económico para muchas comunidades debido a que se llegan a pagar miles de dólares por éstas en buena calidad ya que se trata de la piel de cocodrilo más suave y manejable para fabricar carteras, zapatos, bolsas femeninas y abrigos.
En sus nueve capítulos, la obra considera experiencias similares con cocodrilos en otros países. Asimismo, incluye información sobre su monitoreo y gestión de poblaciones, nidos y hábitats; además, estimación de tasas sostenibles de aprovechamiento, extracción y transporte de huevos, incubación (incluyendo especificaciones sobre infraestructura, equipo y materiales necesarios), y manejo de crías
Fuente: La Crónica/Antimio Cruz