Las Águilas lo intentaron pero empataron ante Toronto 1-1 (2-4 global) y Guadalajara igualó 0-0 ante NY Red Bulls (1-0 global) y le alcanzó para ir por la corona de la Concacaf.
Los canadienses no dieron oportunidad a la hazaña amarilla, porque todavía no generaba ninguna llegada de peligro el equipo local, cuando un descuido de Paul Aguilar habilitó la posición de Osorio, que venció a Marchesín para el primer gol.
El golpe anímico se resintió con la insistencia de los jugadores de América en las segundas jugadas, cuando intentaban el primer regate, un centro o un disparo, en el rebote, eran los canadienses quienes presionaban a sus rivales y recuperaban el balón.
Así, fue común observar a jugadores con playera amarilla que caminaban por el césped, eran rebasados por la velocidad de sus rivales, y perdían el balón en el primer intento de superar a sus marcadores.
En el mejor momento de los americanistas, Alex Bono, el portero de Toronto, atajó dos disparos, primero de Renato Ibarra y luego de Matheus Uribe. También era difícil penetrar la zaga visitante, porque se encontraban hasta ocho futbolistas de playera roja evitando los ataques del América.
La frustración invadió a los jugadores, sobre todo Agustín Marchesín, que discutía las decisiones de los árbitros, manoteaba y aunque pidió oportunidad para cobrar un tiro libre, su disparo pegó en la barrera de jugadores rivales.
Con resignación, Uribe ejecutó el penal que le hicieron instantes antes a Oribe Peralta, ya cuando era el tiempo de compensación y sólo se añadió un minuto más para la agonía americanista, que cayó ante el orden de Toronto.
CHIVAS, A LA FINAL DESPUÉS DE 11 AÑOS
Guadalajara consiguió el empate sin goles en el partido de vuelta de la semifinal en su visita a New York, y el gol en la ida le permitió regresar a una final continental 11 años después, ya que la última ocasión fue en el 2007, cuando cayó ante Pachuca.
Fuente: El Economista/Eduardo Hernández