Expertos del Centro Smithsoniano de EU comprobaron que su método LASER mejora también las capacidades de niños y jóvenes en la resolución de problemas, trabajo en equipo y pensamiento crítico
El Centro Smithsoniano para la Educación en Ciencias de Estados Unidos (SSEC) llevó a cabo un estudio para conocer la efectividad de un método educativo llamado Liderazgo y Asistencia para la Reforma en Educación en Ciencia (LASER, por sus siglas en inglés). El programa se basa en cinco pilares vitales para el mejoramiento de la educación en ciencia y el desarrollo de pensamiento crítico en niños y jóvenes: un currículum novedoso de materias en las escuelas, materiales de apoyo, desarrollo profesional de los profesores, apoyo administrativo de diversas instituciones y una buena evaluación del sistema.
Para analizar su eficacia, especialistas de esta emblemática institución recurrieron a información de tres estados donde se implementó durante una década a 60 mil estudiantes por año, en 16 distritos escolares y 125 escuelas del nivel primaria y secundaria. Los investigadores hicieron un comparativo con alumnos bajo un esquema tradicional de enseñanza de la ciencia.
Los resultados fueron: “los estudiantes en el sistema LASER se desempeñaron mejor al trabajar en tareas espaciales; a través de la investigación, fueron capaces de diseñar experimentos, aplicar su conocimiento y resolver mejor preguntas relacionadas con el pensamiento crítico”, señaló Carol O’ Donnell directora del SSEC.
Durante la novena “Conferencia internacional sobre enseñanza vivencial e indagatoria de la ciencia en la educación básica”, coordinada por la organización Innovación en la Enseñanza de la Ciencia (Innovec) y realizada en El Colegio Nacional, refirió que además de estos resultados, comprobaron que en los salones de clase los maestros se sentían más seguros en sus habilidades de enseñanza, que aquellos con un desempeño tradicional. Adicionalmente, los estudiantes con este método desarrollaron una mejor colaboración en equipo, comunicaron sus resultados, y realizaron planteamientos de razonamiento y debate de su evidencia.
“Para evaluar sus competencias en ciencias analizamos su desempeño en matemáticas y lectura, lo cual arrojó resultados sorpresivos: fueron capaces de aplicar el conocimiento matemático en conceptos científicos, por ejemplo. Por otra parte, la evaluación de sus habilidades de lectura resultó más alta que en alumnos con una educación tradicional”.
A un lustro del estudio, la especialista refirió que los resultados de LASER han permanecido con el paso de los años, puesto que los alumnos evaluados, y a quienes se las ha dado seguimiento, han mantenido un buen desempeño escolar en los grados escolares subsecuentes, además de que muchas escuelas mantienen el programa sin apoyo externo. Ahora, Innovec lleva a cabo un programa piloto similar en escuelas de México.
“Tenemos una evidencia fuerte y rigurosa de que el incremento del aprendizaje en ciencia hace una diferencia en los estudiantes, principalmente en su pensamiento crítico y sus habilidades para resolver problemas complejos”, dijo ayer en la mesa inaugural del evento.
Ante un incremento masivo de información y contenidos que los niños y jóvenes pueden consultar hoy en día desde sus dispositivos móviles y computadoras, acotó, es necesario dejar de presionar éstos en su cabeza y, en cambio, “hacer que los utilicen, comprendan y apliquen para resolver problemas en formas mucho más avanzadas, porque ese es el futuro que nuestros estudiantes enfrentan”. A su vez, enfatizó que las evaluaciones de estos conocimientos y competencias deben de desarrollarse al mismo nivel y no calificarlas sólo a través de pruebas con respuestas de opción múltiple.
REFORMAS. Por otra parte, Kristina Reiss, especialista en educación matemática de la Universidad Tecnológica de Múnich, Alemania, enfatizó que la implementación de reformas educativas y nuevos modelos en la enseñanza de la ciencia toman tiempo para ponerse en marcha y son procesos largos.
“Necesitamos entender que la educación es un esfuerzo de largo plazo, siempre hay un tiempo entre el inicio de una reforma, su proceso y evidenciar su efectividad. Cambiar un sistema educativo necesita paciencia, no sólo se trata de cambiar currículas, documentos e ideas, sino llevar esto a la sociedad, a los salones de clase, a la rutina de los profesores y que no sólo permanezca en sus cabezas”.
En su oportunidad, Felipe Martínez Rizo, investigador en educación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y ex director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, dijo que en México, para desarrollar estas habilidades en los estudiantes, la clave es mejorar las competencias de los maestros en la evaluación y enseñanza de ciencia en las aulas. “Es una tarea de lo más compleja y tardará muchos años en desarrollarse, pero es algo que debemos de emprender”.
Fuente: La Crónica/Isaac Torres Cruz