Narra la historia de un violinista asesinado brutalmente en medio de una diabólica atmósfera musical; la obra literaria del connacional ha sido traducida a 5 idiomas
Circula en librerías La sonata del diablo (Montena, 2017), de Oscar de Muriel (Ciudad de México, 1983), novela gótica, que narra el asesinato de un violinista en Edimburgo en 1888. Habitación sin entrada ni salida donde aparecen grafías diabólicas en el piso. La sirvienta asegura que escuchó a tres violinistas antes de que se perpetrara el crimen. En los interrogatorios los involucrados refieren un violín, el cual, supuestamente, ha sido tocado por satán.
Trama que atrapa al lector desde los primeros folios por su empalme de lo gótico con lo policial y asimismo con ademanes intrigantes. Oscar de Muriel vive en Reino Unido, donde fue a estudiar un doctorado de química, pero se enamoró de Edimburgo y decidió tomar esa ciudad como telón de fondo para lo que él llama “una historia de misterio”. El caso es que The Strings of Murder fue publicada en 2015 en inglés por el prestigioso sello Penguin con gran aceptación de los lectores juveniles de Gran Bretaña. Traducida a 5 idiomas, el mismo De Muriel la tradujo al castellano y la presenta por estos días en la Ciudad de México.
El joven narrador mexicano entrega una asombrosa fábula que mezcla el crimen con elementos históricos y episodios de pánico. Se asoman por ahí algunos guiños al Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle; el David Renwick de la serie Jonathan Creek de la BBC de Londres; y asimilaciones de lecturas muy bien replanteadas de Edgard Allan Poe, Julio Verne y Agatha Christie.
“Yo quise siempre ser escritor. Estudié química porque pienso que es una actividad enmarcada en el enigma. Me fui a Inglaterra y mientras escribía artículos científicos para sobrevivir, comencé a acariciar la idea de una novela macabra y detectivesca. Visité varias veces Edimburgo y su ambiente me pareció idóneo como telón de fondo para mi fabulación. Así nació The Strings of Murder, la escribí en inglés, que traduje yo mismo al español comoLa sonata del diablo”, explicó, a La Razón, el también ingeniero químico y violinista.
¿El título lo tomó prestado de la Sonata para violín: El trino del diablo, de Tartini?Así es. Toco el violín, esa sonata es una de mis preferidas.
Es usted muy leído en el Reino Unido. ¿Cómo logró ese éxito? Al principio escribí cosas muy malas, hasta plagié a autores que me gustaban. Fue arduo encontrar un editor: a un escritor mexicano desconocido con un texto escrito en inglés nadie le hacía caso. Fue la famosa agente literaria Maggie Hanbury la que me rescató: así vinieron las ediciones y las traducciones a otros idiomas.
¿Ambientaciones en contrastes muy cercanos a lo gótico? Drácula es el personaje literario que me gustaría haber creado. Pero también soy lector de Conan Doyle, Asimov y sobre todo de Jane Austen. Si, desde niño soy un apasionado de esas ambientaciones.
¿Novela dialógica? Quiero que los personajes hablen, prefiero darles la voz a ellos. Mi narrador está disuelto en el discurso, en los diálogos de los personajes. Me interesa recrear el habla de la época.
¿Apuesta usted por personajes muy bien perfilados? Así es: me gusta edificar personajes. Sí el personaje está bien delineado, eso ayuda a que se adentren en lo que uno cuenta.
Usted mismo hizo la versión al español. ¿Cómo fue el proceso de traducción? Yo pensaba que iba a ser muy fácil; pero, no: me costó más trabajo traducirla al castellano que escribirla originalmente en inglés.
Fuente: La Razón/Carlos Olivares Baró