Por culpa de su inestable estado de salud, el señor Henri no puede seguir viviendo sólo en su apartamento parisino.
A pesar de ser un hombre bastante gruñón acaba aceptando la proposición de su hijo de que alquile una habitación a una joven estudiante. Pero lejos de caer bajo el encanto de la joven, Henri la utilizará para crear un verdadero caos familiar.
Fuente: Cinépolis