Analista plantea que las firmas deberían capacitar a sus empleados al menos 40 horas al año; las competencias digitales imprescindible para el trabajo
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las empresas es conseguir al tipo de profesionista que realmente requieren para desempeñar un trabajo; por ello, está creciendo la tendencia de las universidades corporativas, sostuvo a La Razón el responsable de Desarrollo Institucional de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), Toni Ramos.
En entrevista, explicó que este tipo de universidades, a diferencia de las tradicionales, enseñan aptitudes que estén ligadas con el trabajo a desempeñar, competencias técnicas, liderazgo, trabajo en equipo, temas relacionados con la comunicación, ventas e idiomas; estos últimos son relevantes ante un mundo cada vez más globalizado.
El beneficio de las “universidades corporativas radica en que con ellas las empresas pueden cubrir el faltante de conocimientos o de formación que sus empleados, tanto recientes como antaños, requieren”, comentó el catedrático.
Sin embargo, alertó que las compañías deben estar conscientes en que formar a sus empleados no representa un gasto, sino una inversión, ya que los beneficios se verán a mediano o largo plazo y la capacitación, que deberá ser de unas 40 horas anuales en promedio, evitará que haya fuga de talentos.
No es necesario tener un inmueble en específico para enseñar el tipo de aptitudes requeridas por la empresa y formar a los trabajadores, ya que se puede hacer en las instalaciones de la propia compañía o hasta firmar algún convenio con alguna escuela de negocios, detalló Ramos.
Algunas de las compañías que ya aplican el concepto de universidades corporativas a nivel internacional, y el cual se creó hace varias décadas en Estados Unidos, son Deloitte, Gas Natural Fenosa, General Electric, McDonald’s, entre otras.
Otro de los puntos importantes para las compañías es el tema digital. Manifetó que las que no están actualizadas tienen un choque con la forma en que se mueven las nuevas economías. Algunos ejemplos son Uber o Airbnb, quienes no ven necesario tener activos (autos u hoteles), sino que su trabajo radica sólo en conectar la oferta con la demanda.
Ramos indicó que es necesario entender que las aptitudes digitales no sólo tienen que ver con saber usar las nuevas tecnologías, sino la forma en como se aplican para resolver situaciones laborales.
El especialista puntualizó que el ser digital es “hacer las cosas de forma diferente”. Significa un ahorro económico y de tiempo, ser más colaborativos, flexibles, trabajar en equipo y explorar nuevas estrategias. Lo cual hará que “tengas empleados más felices”.
Mudarse a lo digital no es tan complicado y el retorno de inversión es “más o menos rápido”, además de que los espacios de la empresa se refucen hasta un 15 por ciento.
Un caso de éxito de ello es Corea del Sur, que tiene empresas como Samsung y en donde apostaron mucho en invertir en sus trabajadores, por ello es un país que ha crecido mucho y “tenemos que aprender de los coreanos”, enfatizó.
Fuente: La Razón/Ericka Pedrero