Premian en Japón a director mexicano de cine de horror

Es el único compatriota invitado al prestigioso Festival Internacional de cine fantástico Yubari; asegura que son buenos tiempos para el género en el país

Es un buen momento para el cine de horror mexicano, de eso está convencido el cineasta Ulises Guzmán. Programador del festival Feratum, que este año llega a su sexta edición, ha sido el único mexicano invitado a participar en el proyecto de cortometrajes Tetsudon, the kaiju dream match, una especie de antología que es la cereza del pastel del prestigioso Festival Internacional de Cine Fantástico Yubari (YIFF), en Japón.

Según críticos de cine, su hazaña sólo tiene equivalente histórico a la realizada por Ismael Rodríguez, en 1962, cuando trajo a Toshiro Mifune, el actor fetiche de Akira Kurosawa, para protagonizar Ánimas Trujano.

Guionista, profesor y productor de cine, no sólo es un promotor del género en México, sino el creador de metáforas visuales únicas, en las que un presidente populista se transforma en un coloso de excrementos al probar los productos de sus despensas contaminadas o el neoliberalismo se personifica en un caníbal voraz.

Está acostumbrado al horror desde que egresó del CUEC en 1994 y comenzó a dirigir en tiempos de Zedillo, cuando sólo se hacían siete películas al año. “Mi panorama profesional era terrible, no es que no hubiera cine de terror, no había nada. Solo hasta ahora José Buil y Juan Antonio de la Riva, los grandes pioneros del horror, pueden filmar sus fantasías con tranquilidad”, asegura.

Él no lo dice, pero hasta Videocine, después de 20 años de no importarle el género, se ha trepado a la ola del horror con un Sindicato del Terror, formado por un grupo de oportunistas con historias de fantasmas y casas embrujadas para un público soso y elitista. “El peligro de ese oportunismo es que se diluya la gran masa crítica de espectadores que ya formamos. Hace 15 años solo había el festival Macabro, ahora tenemos más de 35 festivales de cine de terror, pero al final de cuentas la pantalla habla”, asegura el invitado recurrente del Festival de cine fantástico Sitges, en Alemania, el primero del mundo en consagrar el género.

El éxito del terror mexicano es directamente proporcional a la crueldad de la realidad. “La gente trata de vacunarse de lo que vivimos, desde el ‘no tengo chamba’, hasta ver las narcofosas. El blog del narco saca videos más gore, lo peor es que son reales y no les puedes competir”.

Le consta porque recibe muchos estudiantes que emigran del norte a refugiarse al centro. “La industria del entretenimiento es la que más se desarrolla en un país en guerra”, dice parafraseando a Orson Welles. Hace 20 años, la denuncia la llevaba el cine social, “hoy el cine de horror te pone en la mente preguntas terribles, te da la posibilidad de decantar la realidad, hablar del lado oscuro,”. Él mismo pasa por su propio momento. Su corto japonés estará terminado en mayo y lo estrenará en Tokio y México. Pronto acabará Aztech, filme de ciencia ficción. Y su versión de La confesión del caníbal, la protagonizará Dani Trejo (Machete). No obstante, hablar de números le parece “puras chaquetas” mentales en un país donde nunca se ha volteado a ver el cine.

 Fuente: La Razón

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