Ciudad de México. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, dijo estar confiado para que este jueves se publique el acuerdo de desregulación dos por uno, pues se vence el plazo de 30 días que el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto ofreció para tenerlo listo.
El líder del organismo empresarial intermedio en el país sostuvo que el sector que encabeza está ansioso por conocer los términos finales del acuerdo que deberán publicarse este jueves. De Hoyos Walther recordó que el pasado 1 de febrero el presidente de México ofreció a los empresarios un pacto que busca simplificar las regulaciones.
Agregó que parte del ofrecimiento de Peña Nieto fue que su publicación estaría al margen de la aprobación del Sistema Nacional de Mejora Regulatoria y no requiere que sea revisado por el poder legislativo.
El presidente de la Coparmex explicó que esto representará un ahorro del 200 por ciento para las empresas, pues cada que el gobierno quiera implementar una medida, disposición o reglamento regulatorio, se tendrán que desactivar dos regulaciones.
De Hoyos Walther indicó que estas medidas pondrán a México en “una dirección adecuada”, pues Reino Unido tiene una desregulación mayor (de tres por uno), mientras que en Estados Unidos, el presidente Donald Trump hizo algo similar.
Con respecto al Sistema Nacional Anticorrupción, el líder patronal del país expresó nuevamente su preocupación por los retrasos en la conformación del Sistema Nacional Anticorrupción y la designación de sus componentes principales a pesar de la cercanía de la fecha en la que ya deberá estar en funciones.
Al participar en la inauguración del Centro de Mejores Prácticas, De Hoyos Walther destacó que la necesidad de contar con más empresas que contribuyan al Producto Interno Bruto, pues sólo las grandes contribuyen con más del 50 por ciento del producto, por ello buscan otorgar las herramientas para profesionalizar la dirección y e institucionalizar las decisiones en empresas familiares y así sobrevivan.
Fuente: La Jornada/Alejandro Alegría