Científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) crearon un compuesto terapéutico líquido que estimula la producción de saliva y está enfocado en aportar alivio a los pacientes con cáncer de cabeza o cuello que pierden células de las glándulas salivales cuando reciben radioterapia.
Los doctores Tomás Quirino Barreda y Norma Noguez Méndez, del Laboratorio de Farmacia Molecular y Liberación Controlada de la UAM-Unidad Xochimilco (UAM-X), encabezaron el desarrollo e informaron que en la actualidad ya hay otros medicamentos que también estimulan algunas glándulas generadoras de secreciones, pero no existía uno específicamente para las glándulas salivales y por eso, en México, los pacientes usan algunas gotas para los oídos, rebajadas, para estimular su producción de saliva cuando han perdido numerosas células salivales por radioterapias.
Los autores del desarrollo ya solicitaron un registro de patente para esta sustancia, pero están a la espera de respuesta de este procedimiento que iniciaron en 2013 ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial.
La muerte de células de glándulas es un proceso patológico llamado gerostomía, que se presenta principalmente por la exposición de los pacientes a quimioterapias contra el cáncer, pero también puede aparecer cuando hay abuso de algunos fármacos, por ejemplo los que sirven para controlar los nervios, llamados ansiolíticos.
Los síntomas de la pérdida total o parcial de las glándulas salivales tiene componentes fisiológicos y psicológicos que deterioran la calidad de vida del paciente. Desde el punto de vista únicamente físico, los hombres y mujeres con gerostomía o pérdida de los tejidos productores de saliva sienten gran resequedad y elevación de temperatura dentro de la boca, además de dificultades para comer y hablar porque la lengua suele quedarse pegada a la parte alta del paladar y al hablar generan, repetidamente un sonido similar a un “¡Tloc!”, cada vez que despegan la lengua pegada al paladar, lo que los cohíbe y aísla socialmente.
MICROGOTAS REFRESCANTES. La innovación desarrollada por la Universidad Autónoma Metropolitana se aplica en forma de atomizador o spray, debajo de la lengua y en las caras internas de la boca. Así estimulan la producción de saliva en las glándulas que quedan sanas.
Quirino Barreda y Noguez Méndez, informaron que su formulación fue probada con éxito en un primer grupo de 15 pacientes del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), de la Secretaría de Salud. Ese estudio clínico mostró que, después de una semana de recibir el tratamiento, el volumen de secreción de saliva creció hasta 160 por ciento entre quienes recibieron el tratamiento.
“Es importante aclarar a las personas que, aunque tenemos ya la formulación, todavía no podemos aplicarla a pacientes que vengan a solicitarla a la Universidad porque nosotros debemos cumplir con la legislación farmacológica y para eso debemos tener la respuesta de la solicitud de patente y poder avanzar a escalar la producción de la composición”, dijo la doctora Norma Angélica.
Los universitarios usaron como modelo de estudio y trabajo al fármaco Clorhidrato de Pilocarpina, que ya era conocido por favorecer la estimulación de distintas glándulas, pero sus formas de administración causaban nausea y dolor de cabeza, por lo que había que construir una forma farmacéutica nueva, que no existía en México.
“El producto sólo se vende en forma de tabletas o de gotas para los oídos, pero se observó que éstos generan efectos indeseables porque se absorbe por todo el cuerpo, y tiene que pasar por estómago, intestinos, sangre e hígado. En cambio, con el desarrollo que nosotros hicimos actúa solamente sobre la glándula salival porque se aplica directamente en la boca y reduce los efectos adversos”, aclaró la doctora Noguez Méndez.
El doctor Tomás Quirino dijo que el desarrollo no hubiera sido posible sin 10 años de colaboración con expertos del Departamento de Atención a la Salud, de la UAM, así como con estudiantes de servicio social de la carrera de Químico Farmacobiólogo, profesores de estomatología y oncólogos del INCan.
Fuente: La Crónica/Antimio Cruz